El yogurt con probioticos podria reducir los sintomas del paludismo.
Alimentos probióticos podrían ser un arma contra la malaria
En estudios con ratones, científicos de Estados Unidos (incluyendo a un investigador argentino) comprobaron que la ingestión de altos contenidos de dos géneros de bacterias de la flora digestiva reduce la severidad de esta enfermedad. Ahora quieren explorar este enfoque en humanos.
La malaria o paludismo provoca un millón de muertes anuales en el mundo, y todavía no existe una vacuna eficaz para hacerle frente. Ahora, un equipo de científicos de Estados Unidos, liderados por un argentino graduado en la Universidad Nacional de La Plata, comprobó que el consumo de alimentos con dos tipos de microorganismos beneficiosos de la flora digestiva podría atenuar la severidad de la enfermedad parasitaria que transmite un mosquito.
Si el enfoque resulta también viable en humanos, “se podrían salvar miles de vidas”, dijo a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Nicolás Villarino, jefe del Laboratorio de Farmococinética y Farmacodinamia de la Universidad Estatal de Washington, en Pullman, Estados Unidos.
Las bacterias estudiadas, de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, viven en forma natural en la región gastrointestinal de las personas y de los animales. En el estudio, Villarino y sus colegas compararon dos grupos de ratones infectados con el parásito del paludismo (Plasmodium), a uno de los cuales se les incrementó la proporción de tales bacterias mediante la administración oral. Al cabo de 21 días, se redujo 14 veces el porcentaje de glóbulos rojos infectados en ratones susceptibles, disminuyendo la pérdida de peso y la mortalidad.
Las bacterias administradas “tendrían la capacidad de favorecer la actividad del sistema inmune contra el parásito causante de la enfermedad”, explicó Villarino, quien se doctoró como becario del Conicet en 2006 y desde 2012 es el primer y único latinoamericano reconocido por el American College of Veterinary Clinical Pharmacology como especialista en farmacología clínica veterinaria.
Villarino considera que el simple consumo de productos con alto contenido de Lactobacillus y Bifidobacterium, como la leche fermentada u otros alimentos probióticos, podría ser un tratamiento potencial para atenuar el impacto de la enfermedad. “Pretendemos seguir investigando en humanos”, aseguró.
El trabajo fue publicado en la revista PNAS, órgano de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos. Presente en 106 países, la malaria es una de las patologías más mortíferas para la humanidad: hoy hay alrededor de 200 millones de personas infectadas, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Si el enfoque resulta también viable en humanos, “se podrían salvar miles de vidas”, dijo a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Nicolás Villarino, jefe del Laboratorio de Farmococinética y Farmacodinamia de la Universidad Estatal de Washington, en Pullman, Estados Unidos.
Las bacterias estudiadas, de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, viven en forma natural en la región gastrointestinal de las personas y de los animales. En el estudio, Villarino y sus colegas compararon dos grupos de ratones infectados con el parásito del paludismo (Plasmodium), a uno de los cuales se les incrementó la proporción de tales bacterias mediante la administración oral. Al cabo de 21 días, se redujo 14 veces el porcentaje de glóbulos rojos infectados en ratones susceptibles, disminuyendo la pérdida de peso y la mortalidad.
Las bacterias administradas “tendrían la capacidad de favorecer la actividad del sistema inmune contra el parásito causante de la enfermedad”, explicó Villarino, quien se doctoró como becario del Conicet en 2006 y desde 2012 es el primer y único latinoamericano reconocido por el American College of Veterinary Clinical Pharmacology como especialista en farmacología clínica veterinaria.
Villarino considera que el simple consumo de productos con alto contenido de Lactobacillus y Bifidobacterium, como la leche fermentada u otros alimentos probióticos, podría ser un tratamiento potencial para atenuar el impacto de la enfermedad. “Pretendemos seguir investigando en humanos”, aseguró.
El trabajo fue publicado en la revista PNAS, órgano de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos. Presente en 106 países, la malaria es una de las patologías más mortíferas para la humanidad: hoy hay alrededor de 200 millones de personas infectadas, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud.
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FUENTES:
http://www.miradaprofesional.com/ampliar-android.php?npag=12&id=3693&e=#.VwdU-0XaOnM
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